La oxigenoterapia es
una medida terapéutica que consiste en la administración de oxígeno a
concentraciones mayores que las que se encuentran en aire del ambiente, con la
intención de tratar o prevenir los síntomas y las manifestaciones de la hipoxia. El oxígeno utilizado en esta terapia, es considerado
un fármaco en forma gaseosa.
Se define como
oxigenoterapia el uso terapéutico del oxígeno siendo parte fundamental de la
terapia respiratoria.
Debe
prescribirse fundamentado en una razón válida y administrarse en forma correcta
y segura como cualquier otra droga.
La
oxigenoterapia normobárica consiste en administrar oxígeno a distintas
concentraciones 21-100%. Para ello se pueden utilizar mascarillas, cánulas
nasales, tiendas de oxígeno, etc.
La oxigenoterapia hiperbárica consiste
en administrar oxígeno al 100% mediante mascarilla o casco, mientras el
paciente se encuentra en el interior de una cámara hiperbárica medicina hiperbárica.
En las personas
sanas la hemoglobina presenta una saturación de Oxígeno del 90-95% con lo que
el aporte de oxígeno a los tejidos es muy superior del que ellos necesitan para
vivir, siendo la extracción de oxígeno por los tejidos de un 25% del que
transporta la sangre. La sangre aporta a los tejidos una cantidad de oxígeno
muy por encima del que se utiliza normalmente (consumo de oxígeno). En efecto, los tejidos, en
reposo, utilizan sólo unos 5 mililitros de los 20 ml de oxígeno que hay en cada
100 ml de sangre.
La finalidad de
la oxigenoterapia es aumentar el aporte de oxígeno a los tejidos utilizando al
máximo la capacidad de transporte de la hemoglobina. Para ello, la cantidad de
oxígeno en el gas inspirado, debe ser tal que su presión parcial en el alvéolo alcance niveles suficientes para
saturar completamente la hemoglobina. Es indispensable que el aporte
ventilatorio se complemente con una concentración normal de hemoglobina y una
conservación del gasto cardiaco y del flujo sanguíneo
tisular. El efecto directo es aumentar la presión del oxígeno alveolar, que atrae
consigo una disminución del trabajo respiratorio y del trabajo del miocardio,
necesaria para mantener una presión arterial de oxígeno definida.
Cuando con
estas medidas no se consigue aumentar el aporte de oxígeno a los tejidos, se
puede utilizar la oxigenoterapia hiperbárica, pues con esta modalidad
terapéutica se consigue aumentar hasta 27 veces el transporte de oxígeno en
sangre, pero en este caso el aumento es por el oxígeno directamente disuelto en
el plasma.
La hipoxia
celular puede deberse a:
·
Disminución de la cantidad de oxígeno o de la presión parcial del oxígeno
en el gas inspirado.
·
Disminución de la ventilación alveolar.
·
Alteración de la relación ventilación/perfusión.
·
Alteración de la transferencia gaseosa.
·
Descenso del gasto cardíaco.
·
Shock.
·
Hipovolemia.
·
Disminución de la hemoglobina o alteración química de la molécula.
La
oxigenoterapia debe ser aplicada cuando existe disminución de la cantidad de
oxígeno en la sangre, ya sea por insuficiencia respiratoria, insuficiencia circulatoria, anemia,
atmósfera enrarecida con humos o gases, etc., pudiendo llevar a varias
situaciones de hipoxia:
Hipoxia atmosférica.
La oxigenoterapia es útil para
corregir por completo la concentración baja de oxígeno en los gases inspirados
y, por lo tanto, proporcionar una terapéutica 100% eficaz.
Hipoxia por hipoventilacion.
En estas situaciones la
oxigenoterapia puede ser muy beneficioso, aumentando hasta en 5 veces el
oxígeno disponible.
Hipoxia por difusión.
Aquí la terapia con oxígeno puede aumentar la presión parcial de oxígeno en
los pulmones desde un valor de 100 mm de Hg hasta 600 mm de Hg. Ello origina un
gran incremento de gradiente de difusión entre alveolos y sangre; tal gradiente
se eleva desde un valor normal de 60 mm de Hg hasta uno tan alto como de 560 mm
de Hg, es decir, un aumento de casi el 800%. Este efecto es beneficioso en
casos como el edema pulmonar,
porque entonces el pulmón puede aumentar la captación de oxígeno.
Hipoxia
isquémica
Es
llamada hipoxia por deficiencia
circulatoria. En esta, la oxigenoterapia normobárica es menos útil pues
el problema en este caso es una circulación sanguínea disminuida, no una falta
de oxígeno. Sin embargo, con la oxigenoterapia la sangre normal puede aportar
una pequeña cantidad de oxígeno extra a los tejidos porque aunque la
hemoglobina estará saturada, el oxígeno disuelto depende de la presión parcial
y aumentará (como mucho un 10% más). En estos casos y ante la evidencia de
hipoxia local, debemos intentar la oxigenoterapia hiperbárica con la que se
consigue aumentar hasta los 2000 mm de Hg ( respirando 100% oxígeno a 2.5 ATA)
la presión parcial de oxígeno a expensas del oxígeno disuelto en el plasma (
Ley de Henry)
Oxígeno en
enfermedades especiales También en enfermedades de curso lento que
determinan un estado de hipoxia tisular crónica, es decir, una oxigenación
insuficiente de las células, cuya supervivencia garantiza, aunque en
condiciones de sufrimiento metabólico. Esta condición se presenta en ciertas
formas asmáticas, enfisematosas,
bronquíticas o de descompensación cardiocirculatoria.
Pacientes
con respiración espontánea
·
Cánula nasal
·
Mascarilla simple sin reservorio
· Mascarilla Venturi: suministra una concentración exacta de oxígeno
independientemente del patrón respiratorio del paciente. Puede producir en el
paciente sensación de confinamiento, calor e inclusive irritar la piel. Impide
al paciente comer y hablar. La concentración de oxígeno puede variar si no se
ajusta adecuadamente la mascarilla, si se angulan los tubos conectores, si se
bloquean los orificios de entrada de la mascarilla o si se aplica un flujo de
oxígeno inferior al recomendado.
·
Mascarilla de respiración
·
Cuna especial para neonatos
Pacientes
con carencia de respiración espontánea.
·
Bolsa de resucitación manual
·
Respirador mecánico
Precauciones
La
administración inadecuada del oxígeno, tanto en la modalidad como en la dosis
(concentración y tiempo) puede ser contraproducente en ciertas enfermedades, en
las que puede incluso empeorar su situación, como puede ocurrir en ciertos
enfermos respiratorios crónicos en los que una inhalación excesiva de oxígeno,
podría determinar una elevación de la concentración del gas en sangre que es
capaz de inhibir el estímulo que procede de los receptores sensibles. Esto
deprime el ritmo respiratorio incluso en presencia de una concentración elevada
de CO2. A esta situación se le conoce como evento paradójico, en el que un pequeño aumento en la
concentración de oxígeno en sangre puede conducir a una parada de la función
respiratoria.
FUENTE: WIKIPEDIA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario